viernes, 5 de diciembre de 2014

El surgimiento de un club barrial importante luego de un periodo de crisis


El oscuro momento del país durante fines de la década del '90 no dejó afuera a las instituciones sociales, donde la difusión de actividades deportivas no bastaba y los recursos monetarios no eran suficientes.
  
A simple vista, la primera expresión de esta crisis es la económica, cuestión que se manifiesta en todos los ámbitos de la institución. Esto se relaciona directamente con la pérdida de la masa societaria, que en encuentra sus principales causas en la destructiva década que sufrió la clase media durante los '90, y la impotencia estatal para atender las cuestiones deportivas se notó.
 
  En Everton se sufrió, pero no se bajaron los brazos. Marcelo Mazzacane y su comisión directiva asumieron en 2000 y varios nombres aún siguen presentes en la lista de autoridades gracias al aporte que sacó al club de la crisis a raíz de la realización de actividades tales como bingos, rifas y bailes, que sumado al aporte de los socios (200 en ese momento) y la reanimación del bar (principal ingreso de dinero al club en tiempos de prosperidad) resultaron fundamentales para atravesar el mal momento de esta institución que se sostiene con una unión familiar entre asociados y directivos.

   En el 2005, el club adquirió su campo de deportes para el año del centenario de la institución, ubicado en 7 y 629, de casi cinco hectáreas, cedidas por la legislatura bonaerense en un proyecto aprobado por Felipe Solá.

   Actualmente Everton cuenta con tres canchas de fútbol y un quincho, y la presidencia actual está a cargo de Gonzao Uranga, tras el nombramiento de Mazzacane como presidente de la liga platense. El mandato de Uranga actualmente lleva 900 socios, se instaló el Hockey como disciplina (con mucha aceptación y concurrencia) y se reformó la cancha de fútbol en varias ocasiones.
  

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